¡Qué ricos tus besos
dulces y tiernos!
Tu calor, tus fuertes manos,
tus ojos, como luceros en la noche,
ganaron la lucha de la tiniebla.
Tu verbo sencillo y cariñosas palabras
como lazos fueron domesticando mi rebeldía.
Que te gustase lo que menos a mí de mí
tornó mi no en sí.
Perdido en el laberinto de la intimidad,
sin el mapa de viaje a mi interior.
¿Cómo enseñarte las llaves maestras de mi ser?
La mente gobernando la nave de mi cuerpo,
no me dejaba anclarlo en tu puerto.
3 comentarios:
...podría profundizar en la poesía, en su belleza, en su contenido, pero mi espíritu cotilla no puede evitar la pregunta... ¿has ligado?...jeje.
Besos!
qué fuerte, qué fuerte, qué fuerte!
chica...estamos para disfrutar asi que si alguien adula, dice cosas bonitas y recrea un momento envolvente-irreal pero lleno de ilusión fugaz, hay que dejarse llevar....ahora a ver si ma aplico el cuento jeje
me alegro mucho, un besazo
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