Hablar sobre Dios
es decir sandeces, me consta
por eso callo,
callo y escribo para mi mismo...
es la mejor manera que me queda
de decirlo todo, sin decir nada
porque hablar sobre Dios
y muy a pesar mío
es como hablar del Agua.
El agua debe beberse, debe dejarse caer sobre la cara
debe ponerse en los tiestos de las plantas
navegarse, zambullirse.
Hablar sobre Dios
es cosa necia,
es Dios quien habla por tí
cuando le dejas.
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