sábado, 6 de diciembre de 2008

INVIERNO y ADVIENTO.

Ha caído como la hoja en otoño,
por los suelos se arrastra
esperando una nueva brisa
que la alce y emigre con ella
a nuevos puertos.
Queda su ausencia,
¡Llevadla a la UCI que la reanimen!
Me encuentro con ella, la que siempre está conmigo y olvido a ratos.
Sola. Vuelvo a los míos. Sostengo mi carne trémula y tiro p´alante.
Mira cómo me dejas. A ésta que me visita le digo: Vete de mí, no quiero sentirte.
De acuerdo, estás aquí, pero pasa de largo, no te quedes en mi casa. Pasa, pasa rápido.
Quiero acompasar mi corazón con el tiempo que toca.
Me lo has estropeado, ahora no puedo bailar con la música de panderetas bajo luces de colores.
Solo Uno puede devolverme. Y ese uno me espera, como tantas veces. Fiel amigo, padre, hermano. Consolador, fuego que prende la llama en mi corazón, ungüento en la herida. Dame a saborear tu vino.
AMALI.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

lo siento mucho, sea lo que sea que te hace sentir ese vacío.El invierno hace ver las cosas aún mas crudas, pero luego florecen otros frutos, otros deseos y otras esperanzas. Un beso.

amalí dijo...

gracias, tiempo al tiempo...

JORGE dijo...

Me percato de un detalle, pues dices "esperando una nueva brisa".

Me alegra que en medio del sentir ese vacío, lo sientas con esperanza... así puedes llegar al Kénosis, pues solo quien hace vacío, puede llenarlo de Dios.

Vas en buen camino.

Gracias y bendiciones

Anónimo dijo...

ciertamente...gracias, seas quien seas, y feliz navidad